LA REVOLUCIÓN: |
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Las rebeliones de origen popular tuvieron otra naturaleza y otros objetivos. La primera en estallar fue la zapatista, a finales de noviembre de 1911 -el mismo mes que Madero asumió la Presidencia- amparada en el Plan de Ayala. Su escenario fue el estado de Morelos y las entidades vecinas, como Guerrero, Puebla, el Estado de México e incluso el Distrito Federal. Su objetivo era doble: derrocar al gobierno maderista, encabezado por un hacendado, y recuperar sus tierras y las facultades de sus instituciones y autoridades tradicionales. Sin embargo, su capacidad militar era reducida: además de no contar con armas y municiones suficientes, el Ejército Libertador del Sur consistía en la suma ocasional de pequeñas unidades defensivas que tenían los pueblos campesinos del centro y sur de México. Sin embargo, tenía
gran fuerza política e ideológica, que provenía
de la justicia de su causa. |
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