LOS ZAPATISTAS EN |
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Ignacio Villarreal y Luis Cabrera fueron los comisionados carrancistas, quienes llegaron a la Capital de Morelos el día 27 de agosto, en donde esperaron a Zapata que llegó a los dos días. Por la parte zapatista acudieron a la conferencia el mismo Emiliano Zapata, Manuel V. Palafox, Alfredo Serratos, Antonio Díaz Soto y Gama, Enrique S. Villa, Genaro Amescua, Antonio Briones, Alfredo Cuarón y Reynaldo Lecona. De acuerdo a la visión de los zapatistas la Revolución Constitucionalista, con su Plan de Guadalupe, "sólo era un incidente en el momento nacional, por lo que debía considerarse supeditada a la Revolución de Ayala, y si el primer jefe no estaba dispuesto a abandonar el Poder Ejecutivo, debería de admitir a su lado a una persona de la confianza del General Zapata, para que todas las medidas, nombramientos, y, en general, todo acto de gobierno fueran discutidos y aprobados con ese representante." [...] Para las sesiones de Aguascalientes los zapatistas no fueron considerados originalmente ni por los villistas ni por los obregonistas, y no fue sino ya instalados y a partir del descubrimiento de la presencia del general Santaella y Santibáñez en las sesiones, quien fue prácticamente obligado a bajar al salón de sesiones del Teatro Morelos, pues se encontraba en las gradas, que se da el primer antecedente de la invitación hecha a Zapata para que se presentara a la Convención. Cuando fue interpelado Santaella confesó que "Teniendo grado de general del ejército Libertador del Sur de la República Mexicana... No soy ni he pretendido aparecer como delegado especial de la Revolución del sur... pero) estoy seguro que si ustedes invitan expresamente al general Zapata y los suyos, accederán inmediatamente." Después de una breve discusión, en la que Ángeles retoma la propuesta de Santaella, "se aprueba invitar a Zapata". La presencia de los zapatistas
resultaba imprescindible para los tres grupos presentes en la Convención:
para los villistas significaba la posibilidad de estrechar las relaciones
entre los dos ejércitos populares; para los "carrancistas
independientes" era indispensable obtener el aval zapatista
en sus planes de deshacerse de Villa y Carranza, tanto como lograr
el apoyo a su candidato (Villarreal o Hay); y para los carrancistas
era la posibilidad de deshacerse parlamentariamente de Zapata, comprometiéndolo
a una serie de acuerdos que no habían prosperado en las pláticas
aludidas. |
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