LOS ZAPATISTAS |
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Hablar de Zapata, del zapatismo, es referirse simultáneamente al ancestral problema del pueblo de México: la tierra. Es sin duda referirse al despojo, la injusticia, la explotación, el trato esclavista o feudal que ha sufrido -en diferentes períodos de nuestra historia- el campesino mexicano. Es, en fin, hacer conciencia de una realidad cruel y constante. De hecho, el proceso de la lucha zapatista es un problema que cala con profundidad por su vigencia. Porque aunque quisiéramos apartarnos para mirarlo a distancia como objeto de estudio, sería imposible, ya que el zapatismo no puede ni debe concebirse tan sólo como el movimiento que surge en Morelos en los albores del presente siglo para extenderse, comprensible aunque paradójicamente, en algunos de los estados del centro-sur de la República. "Zapata fue el ídolo
y el caudillo del pueblo, fue quien nos hizo revolucionarios...
Zapata era un guerrillero, sí, pero un hombre que oía
al pueblo... Si mucha gente se hubiera dado cuenta de la calidad
de ese hombre, yo creo, sin temor a equivocarme, que no he visto
hombre más sensato para oir las cosas..." |
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